Aunque se sabe que es un caníbal, el mangle rivulus o killifish de las Américas nunca comerá uno de sus propios embriones, aunque tenga hambre. Este delgado pez anfibio puede reconocer a sus propios parientes, incluso si éstos todavía están en la etapa embrionaria. Esto es de acuerdo con un estudio de Michael Wells y Patricia Wright de la Universidad de Guelph en Canadá, en el diario de Springer Behavioral Ecology and Sociobiology .
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