Con un demoledor chasis de 1,87 de estatura aparentemente inmune al tiempo, Manuel Sainz Márquez, Lolo Sainz (Tetuán, Marruecos, 28-8-1940) llega puntualísimo a un hotel de Majadahonda enclavado en un polígono industrial, se pide un café con leche “hirviendo, por favor” y advierte que solamente puede estar hora y media charlando. Al final serán casi dos horas porque cuando enganchas a una leyenda viva del baloncesto español se te hace muy difícil soltarla, sobre todo cuando lo que también conserva a la perfección es la cabeza. A pocas personas
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