Su director iba para delincuente juvenil, pero un profesor le apadrinó y le introdujo en el mudo de la lectura. En lugar de un criminal, salió un director de cine. De corta vida, porque murió tras solo dos películas en un accidente de la avioneta que pilotaba, pero de gran impacto. Leolo fue una película que marcó a mucha gente. Sin embargo, mientras que en España se la interpretaba en clave de poesía existencial, en su originaria Canadá se veían decenas de guiños al intento de independencia de Quebec en los 80.
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