Nació en Reutov, un pequeño pueblo a las afueras de Moscú. Su madre no se preocupaba por él y el novio de esta era un alcohólico violento. Ivan huyó de su casa a los cuatro años, cansado de soportar todo tipo de abusos. Para sobrevivir comenzó a pedir limosna por las calles, al poco tiempo se hizo amigo de un grupo de perros, compartiendo con ellos la comida que podía conseguir. Así se ganó el respeto de los canes, los cuales lo convirtieron en el líder de su manada. Mishukov no era capaz de hablar. Tuvo que aprender ruso desde cero.
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