Para cuando nuestros antecesores empezaban a caminar erguidos, el corazón de nuestra Vía Láctea tuvo una gigantesca erupción, expulsando gases y otros materiales hacia afuera a 3,2 millones de kilómetros por hora. Las enormes estructuras llamadas "burbujas de Fermi" fueron descubiertas hace 5 años como un brillo de rayos gamma. Los investigadores han usado el Hubble y la luz de un distante cuásar (PDS 456) para medir la velocidad, composición y masa de las burbujas. En español:
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