Empecemos por el principio, es decir, por las palabras. La etimología, esa especie de antropología y arqueología del lenguaje, nos recuerda que la palabra 'cortijo' viene –así es– de 'corte'. Si entendemos esta última como aquel lugar y aquel conjunto de personas donde residen la soberanía de un territorio, el cortijo sería un espacio más reducido; exactamente, sí, se trataría de una pequeña corte o, por utilizar la expresiva descripción de Tomás y Valiente, 'fragmentos de monarquía'....
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