Las auroras en Júpiter son constantes y, al contrario que en la Tierra, no tienen nada que ver con el Sol. Según la agencia espacial japonesa (JAXA), se debe a la interacción con una de sus lunas: Ío. Los expertos han podido llegar a estas conclusiones tras realizar observaciones recientes de emisiones ultravioleta con el satélite HISAKI y el Telescopio Espacial Hubble. Las partículas aceleradas que se mueven por el campo magnético del planeta provienen de las nubes que arrojan los volcanes de la luna Ío. En español:
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