Un hierro oxidado olvidado durante cuarenta años en un garaje resultó ser un arma única en el mundo: una auténtica joya de la Inglaterra medieval. Se trataba de una espada northumbra de las llamadas de diseño o patrón por soldadura, fabricada según una antigua técnica de herrería similar al damasquinado (proceso de incrustación de metales preciosos), pero más compleja. Era una noticia espléndida, pues estas armas constituían una rareza. Sin embargo, había más.
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