Jenny Bone, una mujer de 40 años, ha tenido que pasar recientemente por uno de los 'tragos' más desagradables de su vida, al escuchar cómo los médicos pedían permiso a su marido para desconectarla de la máquina que la mantenía con vida. Por fortuna, cuando los médicos consultaron a su marido y al resto de su familia si querían desconectar a Jenny Bone del soporte que la mantenía viva, ellos dijeron que preferían esperar y darle un poco más de tiempo, por si acaso se recuperaba.
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