Parece que la nueva política y la vieja izquierda sólo se plantean impedir que Rajoy siga siendo presidente, derogar las leyes más duras del PP y tomar medidas para regenerar el funcionamiento de las instituciones. Neutralizada la ofensiva electoral, vuelta a la estrategia defensiva. Ya no se reivindica la transformación social sino simplemente la decencia. Se devalúan nuestros sueños y así la gente deja de soñar con nosotros. La audacia era contagiosa; la resignación también lo es.
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