Grandes, pequeñas, anchas, estrechas, largas o cortas, caídas, chatas, aguileñas, protuberantes o prominentes. La forma de la nariz fue formada por un largo proceso de adaptación a nuestro clima local, según un equipo internacional de investigadores. "Las narices más anchas son más comunes en los climas cálidos y húmedo, mientras que las narices más estrechas son más comunes en climas fríos y secos” dice Mark D. Shriver. Las fosas nasales más estrechas humedecen y calientan el aire de manera más eficiente en climas fríos.
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