Regina Brett creía que Dios había parpadeado al momento de su nacimiento, quizá éste había pasado inadvertido para Él. Estudió en colegio de monjas, a los 16 bebía demasiado, fue madre soltera a los 21, se graduó a los 30, se casó a los 40 y a los 41 enfermó de cáncer. El día de su cumpleaños 45 decide reflexionar sobre lo que la vida le ha enseñado y compartir las lecciones que la han hecho descubrir la felicidad y aferrarse a ella.
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