Miras el palito, lo vuelves a mirar… pasan unos minutos y… ¡Sorpresa! Vas a ser madre. Puede que se trate de algo que llevabas mucho tiempo esperando y planificando, o que te pille sin saber cómo tomártelo. Puede que este sentimiento no llegue a través de un predictor, sino que sea a través de una llamada desde una entidad que gestiona tu adopción o una enfermera que te confirme que, por fin, después del tratamiento de fertilidad, vas a ser madre (o padre).
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