«Llegó a lo más alto, derrotó a un Spassky que nunca volvió a ser el mismo y empezó a ser maltratado por las autoridades soviéticas hasta que tuvo que marcharse de su país. Sin embargo, 22 meses después, Bobby Fischer será despojado del título mundial por no presentarse a jugar la siguiente final contra el nuevo aspirante, el joven ruso Anatoly Kárpov. El gran público no volverá a saber de Fischer durante veinte años»
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