Año 208 A.c. , la segunda guerra púnica dura ya 10 años, nombres como Trebia, Trasimeno, y Cannas resuenan en cada rincón de la maltrecha república, Aníbal seguía invicto en Italia, con el senado romano despojando sus templos sagrados para poder seguir costeando la guerra, pero aquí en Hispania había aparecido una china en las sandalias de los púnicos, un joven patricio que había perdido a su padre y a su tío en la misma tierra que ahora intentaba dominar, su nombre era Publio Cornelio Escipión.
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