A todo el mundo le maravillan las auroras boreales. Ver cómo el cielo se ilumina y se tinta de colores es una experiencia mágica. No es de extrañar que los antiguos vikingos y pueblos del norte las consideraran una manifestación divina. Pero hoy sabemos que no lo son, son un fenómeno bien entendido en sus principios básicos. Es necesario puntualizar que las auroras boreales son solo la mitad de lo que pasa; existen también las auroras australes que se producen y son visibles desde el polo sur.
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