A menudo, insatisfecho, sumido en una rabia total, destruía sus creaciones para volver a empezar. A veces todo este proceso era un bucle interminable: crear y destruir, crear y destruir, de tal modo que lo que existe, más que sus propias creaciones, es aquello que sobrevivió, las obras que se salvaron de la destrucción.
|
etiquetas: alberto giacometti , arte , escultura