La pasada semana, un vuelo de Alaska Airlines que unía Portland con Anchorage se vio obligado a desviar su trayectoria después de que un hombre intentase besar a una chica de 16 años que estaba dormida. ¿Qué está pasando? ¿Se trata de una mera coincidencia o, por el contrario, se trata de algo más habitual de lo que pensamos? La realidad es que viajar en avión, especialmente si el viaje es de larga duración, ofrece un contexto propicio para el acoso sexual.
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