En sus últimas horas como presidente interino de Egipto, Adly Mansur aprobó el jueves un decreto que convierte por primera vez como delito el acoso sexual, una lacra que en Egipto ha adquirido las dimensiones de una auténtica epidemia durante las últimas décadas. A pesar de que la norma incluye penas de cárcel y elevadas multas para los agresores, las organizaciones de mujeres la consideran insuficiente, pues no incluye los mecanismos necesarios para ser aplicada y temen que se convierta en un brindis al sol de las autoridades.