La próxima vez que me la pidan la voy a dar a la primera, sin sacar la lengua como un idiota y mirando para otro lado con desdén. Así comprenderán que no la doy por gusto, sino porque no puedo evitar no darla. «¡Mal hecho! – dirán algunos tirando de manual -, hay que tener buenos modales y no morder la mano que te da de comer ». Claro. «Antes es preferible morderse la lengua ». Ya lo hago. «Lo más conveniente es mostrar nuestra condición sin cinismos de ningún tipo: salivar ante la comida, arrascarse aunque a uno no le pique nada ...