Era un día gris y frío, típico del invierno. Aún no nevaba, pero solo era cuestión de tiempo. Alexander acaba de volver a su pequeña cabaña cargado con una cesta. Estaba situada cerca del bosque, a pocos kilómetros de la cabaña más próxima. Era un lugar tranquilo, las casas estaban distantes unas de otras, pero lo suficientemente cerca, por si alguien necesitaba algo.
El invierno era largo y duro al pie de las montañas y duraba la mayor parte del año, pero a cambio durante la primavera y el verano te daba más de lo que necesitabas. Alexander estaba ya acostumbrado a las inclemencias del…