Fragmento - La inmortalidad

"Imagínate que vivieras en un mundo en el que no hay espejos.

Soñarías con tu rostro y te lo imaginarías como reflejo exterior de lo que hay dentro de ti. Y después, cuando tuvieras cuarenta años, alguien te pondría por primera vez en la vida un espejo delante.

¡Imagínate el susto! Verías un rostro completamente extraño. Y sabrías con claridad lo que no eres capaz de comprender: tu rostro no eres tú."

Milan kundera, "La inmortalidad" (1990)