La matanza en el Centro de Recuperación Regional de Altamira (Crralt), en Pará, al norte de Brasil, ha sido la segunda peor de la historia brasileña y expone las entrañas de un sistema penitenciario mortífero, en que quien entra probablemente no tendrá más posibilidad de recuperarse. En menos de una semana, el recuento de una guerra entre facciones subió a 62 muertos, cifra que incluye 16 hombres decapitados.
|
etiquetas: violencia , salvaje , infierno , cárceles , brasileñas