Uber España fichó en mayo 2014 a Joan Pont Prats como director de marketing, cargo que desempeñó hasta enero de 2016. Prats participó en el levantamiento del negocio y las oficinas de Uber en España, asistía cada día a su trabajo, cumplía con un horario determinado y tenía que seguir lineamientos marcados por la compañía. Pero el joven directivo, con formación en Estados Unidos, no estaba contratado como empleado sino como empresa, según se desprende de la sentencia.
|
etiquetas: uber , falsos , autónomos , directivos , sentencia