No deja de ser curioso que esté tipificado judicialmente “herir los sentimientos religiosos” y no lo esté herir los sentimientos laicos. Las personas no creyentes también tenemos sentimientos. Y me parece una ofensa tanto o más importante cometida por un estamento tan poderoso como la Iglesia Católica menospreciar y discriminar sistemáticamente a la mitad de la población mundial: las mujeres. Cuando, además, esta situación es retransmitida –y por lo tanto legitimada– por los medios de comunicación como en aquella ocasión de la visita del Papa..
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