No somos pocos los considerados españoles en Catalunya y catalanes en España. Situación que, por cierto, resulta agotadora; además de esquizofrénica, máxime en verano cuando volvemos a nuestros lugares de procedencia. En Catalunya estamos a diario arguyendo que España es algo muchísimo más rico, plural e interesante que el Gobierno de Rajoy o el Madrid cortesano. Y en nuestros terruños, nos hartamos de explicar que la pluralidad lingüística se vive con una cierta normalidad, que nuestros hijos terminan dominando el castellano...