El Ayuntamiento impulsa un controvertido proyecto que genera resistencias en la ciudad: un edificio de 38 plantas para uso hotelero. La Ley de Puertos prohíbe los usos hoteleros, excepto excepcionalmente, previa autorización del Consejo de Ministros, cumpliendo una serie de requisitos –en lo que anda el consistorio– El asunto de fondo es que, con este proyecto de un rascacielos de 150 metros de altura, "una zona que es de uso público se privatiza para beneficio directo de vete a saber quién". Parece que el emir de Catar, usando testaferros.
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