El poeta Juan Ramón Jiménez, Premio Nobel de la Literatura en 1959, describía así a Ramón y Cajal: «Ausente, fino y realista (...). No conozco cabeza tan nuestra como la suya, fuerte, delicada, sensitiva, brusca, pensativa». El ilustre científico español, a la altura de otros como Marie Curie o Albert Einstein, tiene una y mil facetas desconocidas entre la población del país que lo vio nacer. «Además de eminente científico, fue un gran artista que, como Leonardo da Vinci, supo unir ciencia y arte», cuentan Belén Yuste y Sonnia L.