A cambio de recibir los residuos nucleares -radiactivos durante miles de años-, el pueblo recibiría una inversión estimada inicialmente en 700 millones, aunque ya se habla de 1.000 millones. Nada más llegar Rajoy a Moncloa, eligió este pueblo de Cuenca venido a menos. Ese día, hubo cava en el bar y todo era alegría. Dos ingenieros con familia del pueblo abrieron una consultora en la plaza del pueblo, reabrió la oficina bancaria, una pareja compró el bar El Nido y lo reformó y abrieron dos tiendas. Los currículos se apilaban en el ayuntamiento.
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