«Pido perdón a todo el mundo que se haya podido sentir ofendido, al que me critique y al que conoce cómo funciono, siempre he respetado las normas».Salas Gutiérrez asegura que por la mañana no tuvo ningún problema, los clientes guardaron la distancia de seguridad y ocuparon las 20 mesas que tenía instaladas en el establecimiento, pero por la tarde, sobre las ocho, todo se «transformó». «Comenzó a desmadrarse y se volvió incontrolable en cuestión de cinco minutos, cuando se puso a llover y la gente de fuera no quería mojarse»
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