Actualidad y sociedad
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El pésimo arte de insultar mal y pronto

Lo curioso es que, quienes más insultan, se declaran amantes amantísimos de una España que no parece haber perdido las virtualidades de ser Una, Grande y Libre. Han convertido ese amor en un odio cainita, olvidando que hay muchas maneras de amar la patria (...) Es gracioso constatar que, con relación a los insultos, sucede que nadie soporta que lo llamen hijo de puta, pero aguantan la palabra corrupto con absoluta dignidad (...)

| etiquetas: insultos
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