El agujero negro de la Fórmula 1 en Valencia parece no tener límite y podría ser sólo el principio. Para empezar, destaca la compra masiva de entradas para asistir a la carrera de 2008, la primera, a través de empresas públicas. Por ejemplo, Feria de Valencia gastó 334.000 euros en pases, el equivalente a 1.000 entradas si hubieran pagado 300 euros cada una). La Diputación de Castellón, entonces presidida por el presidario Carlos Fabra, desembolsó 113.000 euros y la firma pública Vaersa abonó 8.900 euros.
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