El mundo de las redes sociales e internet se ha convertido en la fábrica de los frustrados: nos frustra no tener esa casa, esa pareja, ese pelo, ese viaje. Porque los modelos que tenemos son inalcanzables y si constantemente nos comparamos con eso, siempre vamos a salir perdiendo. Porque si el contenido que veo es siempre caras perfectas, cuerpos perfectos, viajes perfectos y casas perfectas, estar tan expuesta a eso me hace conectar con lo que yo no tengo.
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