La mujer ofreció unas natillas a su marido en las que había añadido sedantes. Al notar un sabor extraño, decidió coger otras. En ese momento, le ofreció tomarse un baño caliente acompañado de una botella de cava. Dejó el agua caliente un buen rato sabiendo que eso le hacía bajar la tensión. Posteriormente, se ofreció para secarle cuando, una vez de pie, le empujó haciéndole caer al suelo y consiguiendo que se golpeara en la cabeza y en otras partes del cuerpo. Aprovechó la indefensión de su marido para golpearle en la cabeza con la botella.
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