El Ministerio Fiscal y la acusación particular solicitan para él una pena de 25 años de prisión por un delito de asesinato con la agravante de parentesco, ya que sostienen que el acusado -que tenía 22 años cuando ocurrieron los hechos- mató a su novia el 17 de febrero de 2019, después de que ambos hubieran cenado con unos amigos y hubieran acudido a una discoteca de Vinaròs, donde residían. Después la mató a golpes y días después descuartizó su cadáver y lo enterró en una finca de Ulldecona (Tarragona) adonde la transportó en bolsas de basura.
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