Y haber obtenido ganancia con una compra-venta de piso público a los 23 años con dinero familiar no ayuda a deshacerse de sombras de apellido, ni apuntala la imagen de “gente”. Tampoco ayuda el caso a sostener el discurso, una de las patas de Podemos, de que la vivienda es un derecho con el que no se debe especular. Es legal, nadie lo ha puesto en duda a pesar de la expectación levantada. Y será ético, si como Espinar explica, renunció al piso por la imposibilidad de pagar la hipoteca y si realmente no fue una concesión a dedo, pero no deja de
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