Andrés vive por debajo de lo que es considerado legalmente una vivienda mínima. Su inmueble –alquilado- tiene bastante menos de 38 metros cuadrados. Dispone de 15 metros. Eso sí, cumple con las recomendaciones internacionales: destinar un 30% de su sueldo a la vivienda. No superar ese tercio de los ingresos en el arrendamiento es lo que señalan todos los expertos como lo ideal. Cumplir esa regla en ciudades como Madrid significa tener que vivir en infraviviendas como la de Andrés que no tiene ni lavabo.
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