En ocasiones pensamos que romper con una persona que nos trata mal es fácil, pero en la mayoría de casos ocurre todo lo contrario. Según la experta en psicología, las víctimas a las que se le ha hecho «luz de gas» ya no saben cúal es el criterio o la realidad. Por lo tanto, este tipo de abuso emocional puede ser más difícil de detectar para la persona que lo sufre y para su entorno que los abusos físicos. «Lo primero que debemos hacer es detectar las señales anteriormente citadas y reconocer que tenemos un problema».
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