La respuesta al atentado islamista en París que está prescribiendo la prensa es la guerra. Se plantea como legítima defensa de Francia bombardear objetivos a más de 2.000 kilómetros de distancia de sus fronteras. Tras años inmiscuyéndose ilegalmente en los conflictos internos de Siria, nadie se pregunta por la legitimidad de la "respuesta" de Francia. La realidad es la de siempre: la ley internacional prohibe la guerra y, por supuesto, las "represalias" que Francia está desencandenando en Siria son ilegales.
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