Mientras Casado inventa un debate sobre el oscuro manejo de unos fondos que aún no tenemos, consigue difuminar el hecho de que en pocos días se inicia el juicio por la caja B del partido que preside y el escándalo mayúsculo que supone la confesión del ex tesorero Luis Barcenas a la fiscalía. Un verdadero opúsculo sobre corrupción política, tráfico de influencias y donaciones a cambio de contratos públicos. Incluso sobre obstrucción a la justicia (o a cualquier "autoridad independiente").
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