Degenerando, degenerando, a fuerza de confundir fidelidad con incondicionalidad, hemos llegado al voto a ciegas. Votar sin saber para qué votamos. Pero el PSOE nos lleva más lejos, porque nos pide que le votemos sin saber si nuestro voto terminará sirviendo para sostener al PP en el poder o para hacer presidente a Pablo Iglesias. Es el voto más ancho de la historia.
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