El mecanismo que rige las respuestas ante los reportes por el incumplimiento de sus reglas de uso está plagado de errores que permiten desde cerrar cuentas por difundir contenidos absolutamente inocuos hasta perpetuar la existencia de perfiles dedicados al fraude o al acoso, entre otros. Pero además, los algoritmos que determinan cómo reacciona Twitter tras las apelaciones ante la suspensión de cuentas tienen una serie de bugs que permiten resucitar cuentas suspendidas por sus contenidos pedófilos o de odio.
|
etiquetas: twitter , delitos de odio , pedofilia , contenido , internet