El que debería ser un entorno de ensueño para cualquiera se ha convertido en el último mes y medio en una auténtica pesadilla para Raúl. Sumiller en el crucero MSC Bellissima -que prefiere no dar su nombre real-, lleva 45 días atrapado en el barco en el que trabaja ante el puerto de Dubái. La mitad, sin siquiera poder salir de su camarote.
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