La manipulación fraudulenta era muy sofisticada y constaba de tres elementos. Un elemento se encarga de convertir la señal electro-mecánica en eléctrica (mandando impulsos al tacógrafo). Otro elemento era una segunda centralita que, a su vez, anula la segunda señal independiente, para evitar la incongruencia entre ambas señales. Finalmente, toda esta manipulación se activa mediante un mando a distancia, con función on/off.
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