No hay otro país en el mundo donde la población envejezca tan rápido. El país está empezando a carecer de servicios esenciales de los que depende para mantener los estilos de vida y la infraestructura social de las personas. Las cuatro millones de máquinas expendedoras repartidas por todo el territorio, por ejemplo, tardan cada vez más días en ser repuestas ante la falta de conductores. En la agricultura, donde la edad media de la mano de obra se acerca a los 70 años, se pone en riesgo algunos de los productos agrícolas.
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