Aunque pare que todo marche bien en una empresa es imprescindible que sus empleados tengan una cierta sintonía emocional o social entre ellos, lo cierto es que deben establecerse una serie de límites entre la vida personal y profesional de cada uno. Al fin y al cabo, nunca sabes lo que puede pasar si lo personal entra demasiado en el ámbito de lo profesional. Compartir demasiados detalles de la vida privada puede llevar a malas impresiones sobre uno mismo, desencuentros o malentendidos. Y, por supuesto, la sensación en tus compañeros de, quizá,
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