Con dos grados de aumento de la temperatura global, en verano en España serían habituales temperaturas de 50 grados, porque aquí la subida está siendo más grande que la media mundial. Un incremento de tres grados a nivel mundial querría decir que aquí se superarían los 60 grados. Y 60 grados es incompatible con la vida, así de simple. Un escenario de aumento de tres grados haría que en España la única zona habitable realmente fuera la cornisa cantábrica y alrededores. El resto sería inhabitable, salvo alguna zona del Pirineo y Prepirineo.
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