Hemos construido un mundo tan complejo que la civilización global funciona como un organismo gigantesco. Se le llama “metabolismo social” al flujo constante de materia y energía obtenido, a través de las actividades extractivas, de la naturaleza que es tanto nuestra fuente de recursos como nuestro depósito de desechos. El metabolismo social es sostenible si el consumo de recursos y la generación de desechos no rebasan la capacidad regenerativa de los ecosistemas. Nuestra civilización, guiada por la ideología del crecimiento, dirige el flujo....
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