Quien depositaba en la caja de Ason la mayor parte de esos doce millones de euros era la consultora Deloitte que tenía alquiladas 28 de las 32 plantas del edificio, incluida la número 21, en la que se originó la catástrofe. Deloitte había absorbido en 2002 a Arthur Andersen, que ese año se volatilizó a consecuencia del escándalo Enron. Deloitte, por aquel entonces, auditaba a la mayoría de empresas del Ibex 35: Acciona, ACS, Altadis, FCC, Amadeus, Banesto, BBVA, Endesa, Gamesa, Iberdrola, Iberia, Metrovacesa, NH Hoteles, Prisa, Repsol, Santande
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