Hay dos clases de gente: la que te llena y la que te vacía. Hay personas que comparten contigo su tiempo y, cuando los dejas, sientes que te han llenado, no siempre de lo que tú quisieras, vale, pero te han llenado. Te han hablado de motos, que te importan un pijo, o de fútbol, que te importa tres pijos, tres, pero te han llenado. Algunos, los menos, te han aportado una idea en la que pensar, o una sonrisa, o simplemente un buen rato que apuntar en ese saldo que nos llevaremos al estrato de silicato que nos integrará en su colorido seno. Algo es algo.…